lunes, 17 de octubre de 2011
No murió un genio, murió un empresario.
Los argentinos somos expertos en la vivencia del fenómeno santificador de la muerte. Me refiero a eso que nos pasa cada vez que se muere alguien conocido. Automáticamente perdonamos todos sus pecados y lo santificamos ignorando todo aspecto negativo que pudiese haber tenido su existencia. Probablemente lo hacemos para aplacar esa angustia de tener que enfrentarnos a la realidad que nos recuerda su partida. Esa dura y concreta realidad de que a todos nos va a pasar tarde o temprano.
Steve Jobs entró automáticamente en esa lista. No pasó por ningún requerimiento previo. Automáticamente se lo catalogó de genio pero nadie hace referencia a cuales fueron exactamente sus genialidades. Los comics polulan en la web haciendo referencia al Steve tirandole ideas a San Pedro u ofreciéndole una aplicación para buscar en la lista de los aceptados al paraíso. Pero nadie, ni siquiera los más metidos en el asunto, hacen referencia a un invento concreto, material o específico al cual haya que hacerle tanto agradecimiento. Ni siquiera han mencionado la importancia que tuvo en desarrollar GUI (graphic user interface) que reemplazó (lamentablemente) la interfaz de líneas comandos por una interface gráfica influenciando enormemente el futuro de la informática.
La razón que me motiva a desarrollar estas líneas, es para remarcar algo que la muerte, como siempre suele suceder, nos hace olvidar en gran medida. Steve Jobs fue el responsable de la política egoísta, lucrativa y completamente anti-productiva de Apple para el desarrollo tecnológico de la informática en general y el desarrollo comunicativo de la humanidad en sí. Un inventor que no comparte su creación con la humanidad para mejorar la vida de todos, sino que sólo les permite el acceso a ésta si le pagan lo suficiente, no es un genio, no es un inventor, es un simple y sencillo empresario fanático del lucro.
Steve jobs vió un nicho de mercado en el boom del diseño gráfico que acompaño a los primeros años de la era de la informática globalizada. Y luego se adelantó unos pasos abriendo un modelo nuevo de mercado cuando el formato .mp3 se empezó a popularizar entre los usuarios. Pero todos y cada uno de sus "avances" se destacaron por dos características principales.
Vender un hardware común, envuelto en un diseño y sistema operativo bonito y brillante a un precio excesivamente superior.
Que cada uno del software desarrollado haya sido de código cerrado. Sumado a la constante censura aplicada a desarrolladores independientes para su propia plataforma.
¿Qué tuvo de genialidad? ¿Que hay de guía en una persona que innova pero a la vez discrimina? ¿Que crea pero excluye? Steve Jobs creó, pero excluyó a todo aquel que no pudiese pagar por sus creaciones.
No se murió un genio. Se murió un empresario.
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