martes, 12 de enero de 2010

La asquerosa rutina de trabajar I.

Me resulta tan difícil coexistir con la noción de la cantidad de tiempo que me paso sentado en esta silla frente a este monitor. Haciendo una actividad que para mi no tienen ninguna otra finalidad mas que traerme un sueldo a fin de mes. No niego que aprenda cosas nuevas, pero en el fondo son cosas que no me importan. Bueno, confieso que estuve practicando japonés y leyendo un poco de marx, o sea si aprendo algo nuevo, pero nada fuera de lo que vengo viendo en la facultad y en el centro de idiomas donde también estudio.

Al principio sentía que descubría las reglas del juego. Luego me chocaba directamente con la frustración de entender que siempre existieron, simplemente no las veía.

Las reglas son sencillas, no siguen ninguna lógica suprema, hasta luego de analizarlas un poco las logro resumir en una sola regla suprema. A lo Jesús y su nuevo mandamiento Vs. Moisés y sus 10 mandamientos.
Toda acción que realices en tu entorno laboral, solo será permitida si cumple con la finalidad de hacerle ganar plata a la empresa.

Y cuando creas que esto no se aplica, pensá en el pero que le viene después.

Ah, no cuentan beneficios laborales (derechos y similares) ya que les son impuestos a las empresas. Y si alguien piensa en cualquier medida relacionada con la seguridad e higiene, o en sencillas palabras, cualquier decisión tomada en beneficio de la salud del trabajador. No se engañen, estas se llevan a cabo por la plata que la empresa perdería si la llegasen a sancionar en caso de no cumplir con ciertas normas (que también les son impuestas).

Concluyendo por ahora. Nada que se hace, es sino por el beneficio de aumentar el tamaño de los bolsillos de un puñado de empresarios.

2 comentarios:

  1. [...] o no retirarse del mercado Chino, lo cual es fácilmente explicado porque como empresa capitalista jamás actúa por fuera de una lógica capitalista. Lo importante es entender que o el gobierno norteamericano [...]

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  2. [...] los sábados al barrio se convirtió en un respiro, un desahogo, un momento de lucidez entre tanta locura diaria. [...]

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